114. La dieta de hambre a días alternos en la alimentación de los viejos (estudio)

Cuando empecé mi búsqueda de estudios científicos que hablaran del ayuno en humanos me dí cuenta de que no hay demasiados. Podemos encontrar infinidad de ellos en animales, sobre todo en ratas, pero cuando hablamos de humanos la cosa se reduce bastante. Y no sólo eso, la mayoría de ellos duran como mucho varias semanas, llegando muy pocos a durar un año entero. Pero hay veces que la magia ocurre y nos encontramos una auténtica reliquia en forma de estudio con 3 años de duración, con una muestra relativamente grande (para lo que hay en este tipo de estudios) y encima nuestro idioma.

A pesar de lo irreverente del título del estudio no me he podido resistir a usarlo en el propio artículo. Fue publicado en el año 1956, de ahí el tipo de lenguaje, y consiguió reducir la mortalidad a la mitad en el grupo que estaba sometido a resctricción calórica a días alternos.

Antes de entrar en materia, todos los estudios suelen comenzar con una introducción hablando del tema en concreto, estudios anteriores en la materia, etc. Este cita la gran cantidad de estudios en ratas sobre restricción calórica (el trabajo de Mac Cay), en los que encontraron que restringir el alimento en estos animales, les producía un crecimiento más lento, una pobreza en el tono de vida de los animales y también tenía la singularidad de evitarles la enfermedad y alargar su vida. Curiosamente cuando estos grupos de ratas infraalimentadas eran suplementadas con vitaminas (sí, vitaminas), pan o leche les acarreaba un acortamiento de la vida.

Los estudios en animales, como ya dije hace poco hablando de los estudios (110. ¿Nos podemos fiar de los estudios científicos?), no valen para establecer recomendaciones en humanos, pero quizá nos dan un indicio de por dónde van los tiros. Antes de pasar al estudio en sí, me gustaría comentar algo muy interesante que se nombra en la introducción sobre otro estudio en animales.

Aterosclerosis en pollos

Si alimentamos a un animal herbívoro con colesterol le producimos aterosclerosis (estudio). Tiene sentido, el colesterol tiene procedencia animal y los herbívoros no están preparados para metabolizarlo. Este es el motivo más obvio por el que no podemos equiparnos con los conejos a la hora del consumo de colesterol. Pero, si se lo damos a un carnívoro no tendría que pasar esto, ¿no?

Los pollos son carnívoros

A pesar de que pudiéramos pensar (yo el primero) que los pollos no son muy carnívoros, ya que estamos acostumbrados a ver que su comida es el grano, resulta que son carnívoros generalistas. En esta imagen se puede cómo nuestro sistema digestivo se parece bastante al de los pollos, aunque ellos son un poquito más carnívoros que nosotros.

Nuestro sistema digestivo tiene cierta similitud al de los pollos (fuente)

Cuento todo este rollo del sistema digestivo de los pollos porque se cita un estudio (de RODBARD S, BOLENE-WILLIAMS C, PICK R, KATZ LN) en el que dan de comer a estos animales una dieta normal enriquecida en colesterol produciéndoles en tan sólo 3 meses un ateroma en la aorta. Lo que vienen siendo lesiones en la parte interna de esta arteria. Pero al alimentar a este pollo un día sí y otro no con la dieta normal enriquecida con el doble de colesterol, las arterias se mantienen intactas…

También es un estudio en animales y no es extrapolable a humanos, pero me parece muy interesante el detalle, ya que pasa lo mismo en conejos que en pollos, a pesar de ser estos últimos más carnívoros que nosotros. Ojo, tampoco estoy diciendo que el colesterol de por sí sea malo para nosotros.

¿Cómo se hizo el estudio?

Pasemos al estudio de la «dieta del hambre«. Se hizo en una residencia de ancianos en Madrid a mediados de los años 50. Con un total de 120 ancianos divididos en dos grupos: grupo control (lo llamaremos grupo normal) y el grupo de intervención (lo llamaremos grupo del hambre intermitente). En ambos grupos había hombres y mujeres perfectamente sanos y todos mayores de 65 años. El estudio duró 3 años.

¿Qué comían en cada uno de los grupos?

Grupo normal

Todos los días una dieta de 2.300 kcal que se distribuían de la siguiente manera:

  • 50 g de proteína, que son 20o kcal y equivalen aproximadamente al 9% de las calorías totales.
  • 40 g de grasa, que son 360 kcal y equivalen aproximadamente al 16% de las calorías totales.
  • 435 g de carbohidratos, que son 1.74o kcal y equivalen aproximadamente al 75% de las calorías totales.(Calculado a partir de los otros macros)

Grupo del hambre intermitente

Los días impares comían lo mismo que el grupo normal: una dieta de 2.300 kcal distribuida de igual manera.

Y los días pares tocaba pasar un poco de hambre. Sólo tomaban un litro de leche de vaca (el estudio dice: sin azúcar) y 500 g de fruta fresca. Para poder hacernos una idea de las calorías, he medido las que vienen en un litro de leche, más las de 250 g de peras y otros 250 de manzanas. Esto equivale a unas 900 kcal. Si lo distribuimos en macros queda así:

  • 33 g de proteína, que son 132 kcal y equivalen aproximadamente al 14% de las calorías totales.
  • 37 g de grasa, que son 333 kcal y equivalen aproximadamente al 35% de las calorías totales.
  • 120 g de carbohidratos, que son 480 kcal y equivalen aproximadamente al 51% de las calorías totales.

Si hacemos la media de todos los días, nos salen 1.600 kcal. Si sacamos el porcentaje de lo que se come cada día nos sale un 144% los días impares y un 56% los pares. Es decir, los días de hambre sólo comían una tercera parte de lo habitual.

Resultados

Se midieron, obviamente, los fallecimientos y también los días que el anciano pasaba de media en la enfermería (de baja) a lo largo de los 3 años. Encontramos prácticamente la mitad de días de baja y fallecimientos en el grupo del hambre intermitente. Más concretamente 123 días de baja frente a 219. Y 6 fallecimientos frente a 13.

En estos dos cuadros podemos ver las enfermedades diagnosticadas (cuadro II) y en el siguiente las causas del fallecimiento (cuadro III). A destacar menos muertes por infarto de miocardio y ninguna muerte por insuficiencia cardiaca en el grupo del hambre intermitente, frente a 4 del grupo normal.

Conclusión y más preguntas

A pesar de ser uno de los estudio sobre restricción calórica en humanos con más duración e individuos siguen siendo pocos para obtener deducciones, pero los resultados son cuanto menos interesantes.

El estudio acaba diciendo:

En general, y a reserva de continuar y ampliar la experiencia, parece demostrada la ventaja de la dieta de hambre en días alternos para prolongar la vida del hombre mayor de sesenta y cinco años

En cuanto al nombre no se anda con rodeos: dieta de hambre. Como para hacer publicidad 🙂

¿Se obtuvieron estas mejoras por comer menos? ¿Fueron debidas a comer más unos días y menos otros? ¿Fueron por estar más horas en ayuno? Seguiremos investigando…

También tenemos el debate de si merece la pena pasar hambre para vivir más…

Aquí tenéis la publicación original escaneada por si la queréis leer (creo que es el primer estudio que enlazo que está en español 🙂 )