204. El Círculo de Influencia

De nosotros dependen todas nuestras acciones (opiniones, movimientos, deseos, inclinaciones y aversiones). El resto, lo que no es nuestra propia acción, no depende de nosotros (cuerpo, bienes, reputación, honra…).

Las cosas que dependen de nosotros son libres; las que no, son débiles, esclavas, dependientes y llenas de obstáculos e inconvenientes y enteramente ajenas.

Epicteto

Epicteto, uno de los padres del estoicismo (fuente imagen)

Lo de centrarse en las cosas que controlamos viene de muy atrás. La escuela estoica con Séneca, Epicteto, Marco Aurelio… dejó una de las primeras enseñanzas en este sentido.

Creo que es un concepto clave dentro del comportamiento humano, seguramente era algo que ya se llevaba poniendo en práctica desde siglos atrás, sobre todo con una vida social más compleja, una vez que se desarrollaron las civilizaciones o incluso cuando vivíamos en tribus. Quizá en ese momento no hacía falta ponerse a pensar en ser proactivo, sino que salía solo.

En cualquier caso, hoy quiero entrar en este tema porque creo que puede ser de mucha utilidad en nuestras vidas.

¿Qué es el Círculo de Influencia?

Leí por primera vez este concepto en el libro de los Siete Hábitos de Stephen R. Covey. El Círculo de Influencia es todo aquello que depende de tí.

Volviendo a Epicteto, son nuestras acciones, aquí entran nuestras opiniones, movimientos, deseos, inclinaciones y aversiones.

Pero hay otro círculo…

El Círculo de Preocupación

Es el círculo de las cosas que nos preocupan y que no podemos controlar. Si hace mal tiempo, si alguien pega un frenazo con el coche delante de mí, etc.

El Círculo de Preocupación son las cosas que no dependen de nosotros.

Proactivo VS reactivo

Hace poco te di un consejo: Sé proactivo. Allí hablé de su significado, de asumir la responsabilidad de nuestra vida y hacer lo que tenemos que hacer.

Para ello primero tenemos que ser conscientes de lo que controlamos (Círculo de Influencia), y de lo que no (Círculo de Preocupación). Y luego tomar acción, hacer algo de ese círculo en el que realmente podemos hacerlo o, por el contrario, aceptar lo que no podemos cambiar y dejar de preocuparnos por ello (esto es más fácil decirlo que hacerlo).

Las personas proactivas se centran en su Círculo de Influencia y las personas reactivas en su Círculo de Preocupación.

Aviso: es más fácil quejarse que hacer algo para cambiarlo

Es mucho más fácil quedarse preocupado en el sofá sobre algo, que hacer algo para remediarlo. O directamente pasar página y olvidarnos de ello si no podemos hacer nada.

Volviendo al ejemplo que di cuando hablé de ser proactivo, es más fácil dejarse llevar cuando alguien nos hace una pirula con el coche y gritarle, que ser consciente y aceptar la situación. Es más difícil hacer esto al principio, pero hará que estemos más tranquilos y disfrutemos más del trayecto. Y esto es sólo un pequeño ejemplo sin mucha importancia, extrapola esto a áreas más importantes de tu vida.

Es mucho más fácil sólo leer artículos sobre salud (en cualquiera de sus campos), que ponerte de una vez a mover el culo y empezar a correr o a empezar a hacer calistenia en casa.

Escúchate

Aunque eso de quejarse es lo más normal hoy en día, estamos dando el control de cómo nos sentimos a algo externo. ¿Te suenan estas frases?

  • Qué día más malo que hace
  • ¡Cuánto calor!
  • ¡Cuánto frío!
  • Si no tuviera este compañero quejica en el trabajo…
  • Si tuviera ese nuevo móvil de 800 euros sería más feliz
  • Etc

Normalmente cuando hablamos de Tener suele estar dentro del Círculo de Preocupación. Cuando hablamos de Ser, suele estar dentro del Círculo de Influencia.

Así que comprarte el reloj del anuncio que decía: «No es lo que tengo, es lo que soy». No te hará más feliz.

Shit happens

Nos pasan cosas malas a todos. Hay cosas que no podemos controlar: si el coche se rompe, caemos enfermos . Podemos hacer cosas para prevenirlo, pero no estamos ni mucho menos exentos a los reveses de la Fortuna (como diría Séneca).

¿Realmente el problema está ahí fuera?

Si pensamos que el problema «está ahí fuera», ese es nuestro problema. Estamos dando el control de la situación a una cosa externa que no controlamos (Círculo de Preocupación).

Haz crecer tu Círculo de Influencia

Una de las cosas interesantes es que al ser proactivo harás crecer tu Círculo de Influencia. Al mover el culo y hacer cosas en la dirección que quieres llevar tu vida ampliarás ese círculo.

Por el contrario, si te quedas céntralo en tu Círculo de Preocupación sin hacer nada, cómodamente preocupado, siendo una persona reactiva que deja que la controle todo lo que ocurre a su alrededor, tu Círculo de Influencia se reducirá y aumentarás más aún el de Preocupación.

Lo más sensato será hacer lo que yo pueda hacer para solucionarlo. Y si realmente no puedo hacer nada, tendré que aceptarlo y punto. Porque no está dentro de mi Círculo de Influencia. No puedo hacer nada para cambiarlo.

Para cerrar volveré a los estoicos, más concretamente citaré a Epicteto, dando un buen consejo cuando te encuentres frente a algo que está dentro de tu Círculo de Preocupación:

Ante toda fantasía perturbadora di: «Tú no eres sino una imaginación, y en absoluto eres lo que parece.» Examínala con atención y si la cosa que te hace penar no depende de tí, di sin titubear: «Esa en nada me atañe».