En los años 70 un equipo de investigadores se interesó por estudiar una población de pastores extraordinariamente activos que consumían casi exclusivamente lácteos y carne y carecían de enfermedad cardiovascular: los masái. Curiosamente encontraron que la aterosclerosis estaba muy extendida, con niveles de engrosamiento de las paredes interiores superiores al mundo occidental, pero muy pocas lesiones complicadas.
Los vasos de los masái se agrandan para compensar esta enfermedad. Se especula que están protegidos por su forma física que hace que sus vasos coronarios tengan más capacidad. Vamos a ver esto con más detalle. Empecemos por el principio.
Los masái
Los másai son un pueblo africano que vive en el norte de Tanzania y el suroeste de Kenia. Se dedican principalmente al pastoreo, lo que supone una vida muy activa. Esto hace que los masái se encuentren en muy buena forma física. Otra peculiaridad, la más interesante y por lo que se hizo el estudio, es que tienen una dieta basada principalmente en carne y leche de sus animales. Antes predominaban ovejas y cabras, ahora las vacas son mayoritarias.
Los hombres masái en torno a los 12-15 años se convierten en guerreros (moran) y están en ese estatus hasta aproximadamente los 30 años. Durante ese periodo se alimentan sólo de carne y lácteos. A parte de esto, durante la época de guerrero llevan un estilo de vida extremadamente activo. Antes y después de este periodo también consumen algunos productos del mundo occidental, como harinas refinadas, azúcar y algunos dulces. También consumen infusiones de corteza de acacia, cuyas saponinas parece ser que tienen un efecto reductor sobre el colesterol.
Veamos el estudio ahora que ya sabemos más o menos el perfil de un masái.
Aterosclerosis en los masái
¿Cómo se llevó a cabo?
El estudio analizó 50 corazones y diferentes vasos coronarios (aortas y demás) de masáis fallecidos a lo largo de 5 años. Estas personas eran de diferentes edades (Ver tabla). A parte de esto, se examinaron clínicamente 600 masái (presión sanguínea, colesterol…) en busca de signos de enfermedad cardiovascular. Sólo se encontró un caso con signos inequívocos de infarto.
¿Qué encontraron?
- La altura era más o menos la misma que la de poblaciones occidentales, pero pesaban unos 10 kg menos.
- Los másai tenían menor presión sanguínea que la población occidental, a pesar de tener corazones más pequeños. La presión sanguínea no se incrementaba con la edad.
- Bajó la acumulación de lípidos en las paredes de las arterias de los 10 a los 30 años (época de guerrero) aunque no hay suficiente muestra para asegurar esto. Además tampoco se vio que siguiera aumentando la aterosclerosis a partir de los 30.
- Se encontraron 3 casos de lesiones calcificadas pero no se vió ninguna lesión ulcerada.
- Gran incremento de fibrosis a partir de los 40 años.
Encontraron que los vasos coronarios de los masái mostraban aterosclerosis extensiva y que tenían un engrosamiento interior igual al de las personas de más edad de EEUU.
La única característica que diferencia los vasos de los masái era que éstos sufrían un engrosamiento «total» para compensar el engrosamiento interior que se producía por la aterosclerosis. Esto resultaba en que no se comprometía el paso de la sangre ya que la tubería seguía teniendo el mismo diámetro interior.
Otra cosa muy curiosa es que los masái desarrollaban aterosclerosis a pesar de tener niveles bajísimos de colesterol. En torno a 150 mg. Aunque éste sufría variaciones con la edad.
Los bebés muestran altos niveles de colesterol (para ser masáis) que van bajando hasta los 4 años. Los masái son alimentados hasta los dos o tres años con leche materna y a partir de ahí con alimentos disponibles para mujeres y ancianos. A partir de los 4 años el colesterol va creciendo paulatinamente hasta que se inician como guerreros en la pubertad.
Aquí desciende bruscamente y queda en los niveles más bajos de toda su vida. Esto es bastante curioso porque en la etapa de guerrero de los 12 a los 30 años, los masái llevan una dieta estricta de leche y carne. Cuando dejan de ser guerreros sube un poco y se mantiene constante tendiendo a bajar.
En el estudio sólo habla de leche, pero buscando otras fuentes parece ser que lo que toman es un lácteo fermentado, como una especie de yogur.
En el gráfico se ve lo que he comentado antes. Los vasos coronarios cada vez se van engrosando más a medida que el sujeto cumple años. Pero también van teniendo más hueco interior. Esto parece una paradoja, pero no lo es debido a que la arteria se ensancha a medida que se engrosa el interior.
¿Y por qué ocurre esto?
Los que hicieron el estudio tienen tres posibles explicaciones:
- La dieta de carne y leche que los masái consumen durante su etapa de guerrero debe desplazar algún alimento que se consume en la infancia y que produce el aumento de colesterol. Creen que es bastante probable que sea un alimento moderno como los que se consumen fuera de esa etapa: harinas, azúcares, dulces… Obviamente no es ni la grasa ni el colesterol.
- El estilo de vida extremadamente activo del guerreo masái hace que los vasos coronarios desarrollen gruesas capas fibrosas que hacen que en el futuro sean inmunes a la proliferación de la aterosclerosis y a la oclusión. Digamos que las placas de ateroma se protegen con una gruesa capa fibrosa y esto deja «aparcado» el problema. Para explicar un poco esto: una densa capa fibrosa = protección; una capa fibrosa fina + mucha acumulación de grasa + proceso inflamatorio = lesión.
- El nivel de actividad de la vida del guerrero baja el colesterol y causa la eliminación de lípidos de los vasos coronarios. Esto los hace inmunes a la enfermedad oclusiva debido a que han pospuesto el problema 15 años.
Conclusión
Una explicación a la inmunidad a la enfermedad cardiovascular es el aumento compensatorio del tamaño de los vasos sanguíneos que comentamos antes. La hipótesis con más peso en este sentido es que esto se produce por el ejercicio físico, que digamos fuerza a que haya hueco libre de paso. Cito textualmente del estudio:
Lo extraño de que se produzca oclusión, unido a la frecuencia y a la extensión de la aterosclerosis sugieren que el ejercicio físico son protectores cruciales.»
Aquí tenéis el estudio original (en inglés). Allí podéis encontrar más datos y más gráficos, algunos de ellos sin pintarrajear por mí ;-). Espero que os haya resultado interesante este artículo sobre una población que no lleva una alimentación paleolítica, pero que curiosamente capea las enfermedades coronarias gracias a su estilo de vida.
Si te ha gustado, quizá te interese escuchar el episodio de la radio 80. Los Masái: Lácteos, carne roja y protección frente a infartos donde hablo sobre ello. ¡A hacer ejercicio!