Sabemos que cuidarse no es sólo alimentación y entrenamiento. Ya traté el tema de las relaciones sociales en el Efecto Roseto, donde un pueblo americano, cuya población estaba compuesta de inmigrantes italianos que seguían manteniendo un modo de vida mediterráneo vivían más y tenían menos infartos que sus vecinos.
Ahora toca darle una vuelta de tuerca más a las relaciones, hablaremos de relaciones sexuales, de sexo. Sé que no hace falta mucho estudio científico para darnos cuenta de sus beneficios, pero haberlos, haylos, así que vamos a repasar algunos de ellos relacionados con la salud cardiovascular. Y de paso recordar que en la cama también podemos hacer un buen entrenamiento, pero bueno bueno…
Por cierto, parece ser que como pasa con la calistenia, calidad por encima de cantidad 🙂
¿De qué nos morimos en España?
Los problemas circulatorios son la primera causa de muerte total (si unimos ambos sexos) en España, para mujeres el primero y para los hombres, el segundo. Veamos por qué el sexo puede reducir el riesgo de infartos.

¿Cómo nos previene el sexo frente a la enfermedad coronaria?
Hay tres vías por las cuales el sexo puede ser visto como protección frente a la enfermedad cardiovascular:
1. El sexo es una forma de ejercicio
Dependerá de las ganas que le echemos, pero vamos a ponernos técnicos.
En este estudio midieron el gasto calórico al practicar sexo y, no contentos con eso, lo compararon con un entrenamiento de media hora corriendo en la cinta a intensidad moderada.
Se hizo en 21 parejas bastante jovencitas, rondando los 21 años. Me ha hecho gracia una frase del estudio en la que dice que los participantes tenían «Gasto de energía libre durante la actividad sexual«, vamos que podían darlo todo.
Los chicos gastaron más que las chicas tanto en la cama como en la cinta, pero de media en las relaciones sexuales se gastaron 85 Kcal y en la media hora corriendo, 244 Kcal. Esto es aproximadamente una tercera parte. El esfuerzo percibido era de parecida intensidad y como curiosidad, los hombres, pero no las mujeres, alcanzaron picos de gasto de energía más altos en la cama que cuando estaban corriendo.
El estudio concluye que el sexo puede ser tenido en cuenta como forma de ejercicio y como tal ayudar a la salud cardiovascular.
2. Mayor intimidad con la pareja
Al igual que en Roseto, las relaciones sociales son positivas. En este caso, las relaciones sexuales también promueven la salud incrementando la intimidad con la pareja y el soporte emocional. Esto, lógicamente se da siempre y cuando sea satisfactorio. Así que, una vez más…
Calidad por encima de cantidad
Es algo común pensar que a medida que nos hacemos mayores tenemos sexo con menos frecuencia y que la calidad de éste también va en declive. Pues no. Que la frecuencia baja es cierto, pero el sexo es de mejor calidad. Esto ocurre, entre otras cosas, porque los hombres tenemos más control a la hora de terminar la faena, es decir, aguantamos más (estudio). Además en este mismo estudio, hombres y mujeres estaban de acuerdo en afirmar que el sexo era una parte clave de su relación y de su bienestar.
Si ya lo decía Arguiñano un día en la tele mientras cocinaba, que él ahora (de esto hace ya unos cuantos años) tenía el mejor sexo con su mujer 🙂
Hay que tener en cuenta que hablo en la mayoría de los casos, habrá de todo y más aún en este campo. De hecho, la mayoría de personas de más de 75 años (de EEUU) ya no lo practican (estudio).
En la revisión de estudios titulada algo así como Mal matrimonio, corazón roto? se encontró una fuerte asociación entre la salud cardiovascular de las mujeres y la calidad de la relación con su pareja. Parece ser que eso a los hombres no nos influye tanto.
Pero volvamos a la calidad del sexo, que es de lo que estábamos hablando. En esta otra revisión encontraron que las mujeres mayores que tenían relaciones sexuales extremadamente placenteras físicamente y/0 que estaban extremadamente satisfechas emocionalmente, tendían a tener menor riesgo de hipertensión durante los cinco años siguientes que las que no estaban satisfechas física o emocionalmente.
Lo cachondo es que el la calidad del sexo no ofrece esta protección a los hombres. De hecho, los hombres que decían sentir placer y satisfacción extrema en sus relaciones sexuales tenían mayor riesgo de sufrir un infarto. Aunque en este caso hay dos factores en la ecuación a tener en cuenta:
- Los autores de la revisión de estudios sospechan que los hombres de más edad que siguen presumiendo de mucha frecuencia en sus relaciones sexuales lo hacen con trampa, es decir, utilizan medicación para poder mantener esta frecuencia que puede tener consecuencias negativas en cuanto a riesgo cardiovascular.
- La segunda es que cuando se toca el tema del sexo, mentimos más que hablamos. Los hombres por exceso y las mujeres por defecto. Y esto no sólo se refleja en la calle, sino que lo he encontrado reflejado en varios estudios científicos. Así que en este caso podría pasar que el hombre de 80 años que decía que tenía sexo de calidad con su pareja 7 días a la semana, es posible que fuera mentira… o que estaba casado con una de 20 🙂
Este es un factor importante a la hora de tener en cuenta la evidencia de los estudios observacionales. Son datos que se recogen en un cuestionario que pregunta ciertos hábitos que se han tenido a lo largo de años, con la inexactitud que ello conlleva, ya sea por mala memoria, percepción subjetiva o mentirijillas como las del caso que nos ocupan.
3. Libera estrés
El ejercicio físico, incluyendo la actividad sexual, ayuda a reducir los niveles de hormonas relacionadas con el estrés como cortisol, adrenalina, etc y estimula la producción de endorfinas, que son las que hacen que nos sintamos bien.
La actividad sexual y en especial el orgasmo, provoca la liberación de oxitocina que promueve el vínculo con la pareja y también puede ayudar a liberar estrés, y por lo tanto ayudar a la salud cardiovascular. Y esto no solo ocurre durante la actividad en sí, sino que estos efectos positivos se mantienen durante cierto tiempo.
Resumen
El sexo nos protege frente a la enfermedad cardiovascular porque es una forma de ejercicio físico, une lazos con la persona con la que lo practicamos fortaleciendo la relación y liberamos estrés al practicarlo.
¿Pero en el caso de haber sufrido de ser muy mayor (término subjetivo) o de tener algún problema de corazón puede ser peligroso?
En una segunda parte veremos qué dicen los estudios. Por cierto, si te ha resultado interesante, te recomiendo escucharlo en el episodio de la radio 69. Sexo, Arguiñano y prevención de enfermedad cardiovascular
¡A la cama! 🙂