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Si tienes disciplina, no dependerás de la motivación
¿Cuáles son tus prioridades? ¿Les dedicas el tiempo suficiente o sencillamente te dejas llevar por el ritmo del día a día? Una de las virtudes que tenemos los Homo Sapiens es la capacidad de planificar, podemos imaginar lo que ocurrirá en el futuro. Podemos ponernos metas a largo plazo: vernos mejor físicamente, aprender inglés, hacer 15 dominadas, nadar 3 kilómetros o correr 10.
Pero lo extraordinario no es ponerse metas, lo extraordinario es cumplirlas. Y para ello necesitamos estrategia, crear un hábito que nos permita dedicar tiempo para conseguir nuestra meta. Necesitaré sacar un rato para ponerme a estudiar todos los días, o seguir un entrenamiento acorde a mi objetivo y/o comer mejor (en teoría, todas estas metas no son incompatibles entre sí, aunque todo suma, ya que nuestra fuerza de voluntad no es ilimitada).
Vamos a ver una estrategia que nos pondrá las cosas más fáciles y sobre todo, más claras.
¿Cuáles son tus prioridades?
Esta es una pregunta bastante profunda, pero sentarnos un rato a pensar sobre ella hará que nos demos cuenta de cuáles son nuestras prioridades y sobre todo, que nos demos cuenta de su importancia. Si no hacemos esto, es fácil que nos veamos obligados a seguir el ritmo que nos marca nuestro día a día. Y que nuestras prioridades pasen a un segundo, tercer plano o incluso desaparezcan.
Una vez que tenemos claras nuestras prioridades, pasemos al siguiente paso.
Materializa esas prioridades en acciones concretas
Para no perdernos con demasiada palabrería pongamos un ejemplo, os voy a poner el mío propio (esto me ayudará a cumplirlo). Mis prioridades en cuanto al «ámbito deportivo», ya que hay más cosas en la vida que también tienen sus prioridades, son andar 10.000 y meditar todos los días.
Éstas eran mis prioridades deportivas para este año porque en el resto del entrenamiento ya estoy haciendo lo que tengo que hacer, pero en el tema de los pasos y la meditación no termino de coger el hábito y de introducirlo en mi día a día, no termino de hacerlo.
Mejor acciones hacia el objetivo que marcarse el objetivo en sí
No pasa nada si me marco un objetivo y no lo cumplo, siempre y cuando haya hecho todo lo que está en mi mano. Si mi objetivo es correr un 10.000 por debajo de 40 minutos, pero el día de la prueba me levanto con problemas de estómago o tengo una caída y no consigo ese tiempo, es un fastidio, pero si yo he entrenado acorde a mi objetivo habremos cumplido con nosotros mismo, que es lo importante. Como decía Fito: «No voy a sentirme mal, si algo no me sale bien».
Por este motivo prefiero marcar acciones por mi parte en busca de ese objetivo en vez del objetivo en sí. De esta forma iremos regando nuestra planta (objetivo) y ya crecerá cuando tenga que crecer. De ahí que mis acciones sean esos 10.000 pasos y la meditación diaria. El objetivo final podría ser sentirme mejor, pero no me preocupa demasiado, ya llegará.
Sí tienes tiempo: buscar hueco para las acciones
Ahora viene la parte en la que dices que no tienes tiempo. ¿Ves la tele? ¿Te metes en redes sociales con el móvil? ¿Cuántas horas al día? Hay aplicaciones que miden esto y la verdad que es bastante sorprendente el tiempo que desperdiciamos en esto. Si de las 1o de la noche hasta las 12 te quedas viendo la tele, eso es que tienes tiempo. A todos nos gusta hacer el perro, pero ¿es una de tus prioridades en tu vida? Está bien de vez en cuando vaguear un rato, pero quizá estés dejando demasiado tiempo para ello en tu día a día y dejando de cuidarte (o dejando la prioridad que sea) por mirar una pantalla. Piénsalo.
Hace varios años que no veo la tele más de una hora a la semana (si llega). Gracias a eso, existe este proyecto, migymencasa. Gracias a eso, tengo un rato para charlar con mi pareja y leer un rato antes de acostarme. Y gracias a eso me puedo levantar más de una hora antes para hacer algo. Ese algo puede ser tu prioridad. O ese algo puede ser algo que deja hueco para hacer tu prioridad más adelante.
Con lo de la tele/móvil tenemos un gran filón para sacar hueco. Si no lo tenemos habrá que hilar más fino y utilizar la imaginación. Volviendo al ejemplo de sacar tiempo para los 10.000 pasos, en mi caso, ir a los sitios andando no era suficiente, así que a partir de ahora salgo dos o tres días por semana a andar, sí como los jubilados que les manda el médico a andar. Eso me quita tiempo de otras cosas, pero aprovecho para escuchar podcast o incluso algún audiolibro. Son libros que te va contando un narrador, aunque a día de hoy en castellano aún no hay muchas opciones interesantes. Se trata de darle al coco.
Es importante buscar el momento diario para cada cosa. He conseguido afianzar el hábito de meditar justo después de entrenar, os invito a hacerlo, creo que es un momento muy bueno. El resto de días aún estoy experimentando, unos días al levantarme, otros al acostarme, cuando me acuerdo… Pero luchando por hacerlo todos los días.
Adapta tus acciones a tu persona
Para ir acabando, os dejo otra idea. Hablando sobre la meditación con una amiga que estaba haciendo un máster de psicología, le comentaba que me costaba mucho conseguir el hábito diario de meditar 10 minutos. Y me dijo: – ¿Por qué no pruebas sólo con dos?. Y desde entonces ponerme a meditar se me hace menos bola. No es lo mismo sentarte 10 minutos que dos, aunque luego llegues a estar dos. Y una vez que afiance el hábito diario de dos minutos meditando será mucho más fácil ir subiendo.
En cuanto a los 10.000 pasos hablo de una media diaria. Realmente mi objetivo son 70.000 semanales, así hay días que hago 5.000 y otros 20.000. Son 10.000 de media diaria, no 10.000 estrictos todos los días. No cumple la norma estrictamente, pero no me importa demasiado, además evolutivamente tiene más sentido andar más unos días que otros.
Sigue dándole al coco
Hay pequeñas ayudas externas que podemos utilizar. Podemos usar el móvil para distraernos durante horas, pero siguiendo con el ejemplo, también podemos utilizar aplicaciones que nos ayuden a motivarnos contando los pasos o esas que tienen música de fondo para meditar y podemos ir anotando cada día que hemos conseguido nuestro pequeño objetivo.
La disciplina te llevará a tu objetivo, no la motivación
La motivación viene y va. Si tienes disciplina cumplirás con tus acciones propuestas todos los días, estés motivado o no. Lo bueno que tiene esto, es que una vez que crees el hábito va a ser mucho más fácil llevarlo a cabo y no te hará falta mucha fuerza de voluntad para cumplirlo. Igual hasta lo esperas con ganas. Recuerda si tienes disciplina, no dependerás de la motivación.
Ahora mueve el culo
¿Y tú qué vas a hacer? Una vez que lo tengas claro, ¡sólo queda que lo hagas! ¡A por ello!
Si de verdad has tomado el compromiso contigo mismo de empezar a hacer ejercicio,
te deja la presentación del Curso de Organización del Tiempo para que no sea una excusa decir que no tienes tiempo.
Te recuerdo que si no te comprometes antes no va a servir de nada y va a ser una pérdida de tiempo.