148. Un paso atrás en el minimalismo

Este invierno he dado, lo que me pareció, un paso atrás en el minimalismo. Llevaba años corriendo descalzo y usando durante todo el año, incluyendo el invierno, sólo sandalias. Quiero compartir este pequeño cambio para que veáis la realidad que ha detrás de alguien que hayáis podido ver unos pocos segundos caminando descalzo por la nieve. Para mostrar que muchas veces sólo enseñamos la parte que mola. Algo que puede dar lugar una sensación falsa de la realidad frustrando al que quiere aventurarse en esto del minimalismo.

Punto de partida

Llevo ya 7 años corriendo descalzo. Si voy a salir por un terreno desconocido me llevo las sandalias, sobre todo si no voy sólo, para no retrasar al resto. Está muy bien ir descalzo, pero si vas con más gente y te tienen que ir esperando pues como que deja de ser tan chulo, sobre todo para ellos.

El año pasado probé a pasar todo el invierno sin zapatos. Por la calle iba en sandalias y en el trabajo usaba las botas. Soy bombero y sería estúpido ir descalzo a un incendio o un accidente de tráfico. Aunque el caso no fuera tan extremo, hay trabajos exigen que cumplamos cierta norma de protección o estética. Aunque hubo algún día duro bajo cero, aguanté bien y aún conservo todos los dedos 🙂 Por supuesto, si voy a la montaña llevo las botas aunque sea en la mochila por si la cosa se tuerce.

Cuando reduces el entrenamiento a costa de ir descalzo

Esta frase es una realidad si nos queremos pasar a esto del minimalismo de forma brusca. Si lo hacemos adaptando el calzado poco a poco, dependiendo de nuestro nivel de entrenamiento, quizá no se cumpla con tanta exactitud, aunque en cualquier caso sería recomendable.

Pero en mi caso, en el que estoy totalmente adaptado al volumen de carrera que hago me supuso plantearme de nuevo las cosas. Durante el último año estaba corriendo dos o tres días por semana sin una planificación en este entrenamiento. A final de verano me dí cuenta de que, sin proponérmelo, estaba corriendo sólo un día.

Aunque el invierno de 2.018 ha cumplido récords de precipitaciones en la península, el invierno y el otoño fueron muy secos. Esto hizo que la zona por la que normalmente corro estuviera durísima y las pistas fueran sacando la grava que contienen a la superficie poco a poco debido al paso de los coches. Provocando que los primeros y últimos 10 minutos de cada salida en algo bastante molesto. (Si quieres hacerte una idea algo objetiva y ampliar información sobre esto te dejo el artículo: Niveles de dificultad del terreno al ir descalzo).

Pistas del estilo de las que hablo. Cuando está mojado la piedra se hunde un poco al pisarla y es menos molesta.

Este endurecimiento del terreno iba más allá de mi adaptación, así que un día que iba a salir a correr me puse las huaraches y disfruté como un enano. Al principio la sensación fue de tirar por la borda la adaptación obtenida hasta ahora, pero se me pasó rápido cuando corría disfrutando por un terreno que días atrás me suponía un problema.

Andando se pasa más frío que corriendo

Uno de mis propósitos para este año fue andar 10.000 pasos al día. Para cumplirlo tenía que salir a andar a propósito ya que en mi día a día normalmente no llego a esa cantidad. Un día soleado de invierno se va guay descalzo, pero un día de perros, medio nevando y con aire pues no apetece demasiado el ir descalzo.

Normalmente cuando voy a andar por el monte es raro que vaya ni siquiera con sandalias, salvo que sea muy muy pedregoso, pero esta vez también la sensación de frío de algunos días, hacía muy tentadora la idea de llevar el pie cubierto. Cuando vas a correr, a los pocos minutos ya vas caliente, pero si vas a caminar esa sensación es posible que no llegue a los pies si hay temperaturas cercanas o por debajo de cero grados.

Fue un paso atrás… para coger impulso

Lo que en un principio pensé era echar por tierra parte de mis adaptaciones minimalistas, no lo fue para nada. Acabando el invierno sólo me puse zapatos unos 10 días y corrí con sandalias sólo durante un mes. Después de ese mes corriendo sin ir descalzo llegué dando un paseo a un camino menos trillado por los coches y con buena pinta. No lo pude evitar, me descalcé y me puse a correr… Las sensaciones fueron increíbles. Aunque llevaba un mes sin hacerlo descalzo no había perdido nada de adaptación en la suela de mi pie.

Ahora que ya ha llovido voy casi siempre descalzo a correr, salvo algún día que me apetezca hacerlo con sandalias. Si voy a dar un buen paseo y hay barro, descalzo disfrutas como un gorrino 🙂 y con temperaturas que ronden los 10 grados no hay problema.

En Internet, muchas veces las cosas no son lo que parecen

Os lo dice uno que ha sacado vídeos en Instagram (ya he dejado las redes sociales) andando descalzo por la nieve. Queda muy pro hacer eso, pero os voy a contar cómo fue. Salí a pasear descalzo un día soleado de invierno y me encontraba pequeñas zonas con nieve fuera del camino, el difícil contener el impulso de pisarlas descalzo. Pude pasar por ellas sin problema porque tenían poca profundidad y también poca longitud. Esta es la realidad. Si hubiera salido un día feo seguramente hubiera salido calzado aunque no hubiera nieve, claro eso no vende.

Si voy a la nieve no voy descalzo. Aunque hay alguna persona muy adaptada que es capaz de correr por nieve (Karim nos lo cuenta en esta entrevista). Y una vez más, no es lo mismo pisar una capa de 5 cm que de 50, temperatura exterior, cercanía al coche/casa, etc.

Reflexión final

Pruébate, pero disfruta. Encuentra donde estás cómodo en esto del minimalismo, este es mi punto, pero el tuyo puede ser con zapatillas minimalistas y ni te planteas ir más allá. Si de verdad quieres ir pasándote al minimalismo hazlo poco a poco, pero una vez alcanzado cierto nivel de adaptación en el que nos encontramos satisfechos hay que ver las cosas con perspectiva y sobre todo disfrutar de lo que hacemos.

Si quieres ampliar conocimientos en este campo quizá te interese el Curso de Minimalismo Básico, donde aprenderás cómo incorporar el minimalismo poco a poco en tu día a día para fortalecer tus pies de forma segura o el Curso de Fabricación de Huaraches para aprender a fabricarte tus propias sandalias con suela Vibram (a unos 3€ el par).