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«Si eres un profesional médico y has sido formado en un país «civilizado» probablemente no sepas casi nada sobre el primate Homo sapiens y cómo sobrevivía en estado salvaje. Probablemente no sabes que la naturaleza ha provisto un manipulador automático para corregir la mayoría de lesiones de espalda y articulaciones en primates». Michael Tetley
Si tienes problemas de cuello, espalda, hombros… Pero no te gusta trabajar la movilidad, estirar y hacer los ejercicios correctivos que te manda el fisio, escucha bien porque tengo buenas noticias para ti. Vamos a ver cómo el fisioterapeuta Michael Tetley, propone librarnos de dolores de espalda y articulaciones sencillamente durmiendo un poco más incómodos.
ÍNDICE
Posturas ancestrales para dormir a modo de masaje
Esta es la hipótesis que plantea Tetley en este artículo científico, en el que analiza diferentes posturas ancestrales que los Homo sapiens, es decir, nosotros usamos para dormir en el suelo y sin almohada cuando estamos en libertad, o quizá sea mejor decir, cuando no estamos bajo los efectos, muchas veces nocivos, de la civilización.
Tetley aparte de ser fisioterapeuta, en los años 50 tenía a sus órdenes soldados africanos de nueve tribus diferentes que le enseñaron a dormir de costado sin almohada. También organizó 14 expediciones por todo el mundo en busca de pueblos que aún vivían de modo ancestral para estudiar sus posturas a la hora de dormir y descansar.
Al estilo del dentista Weston Price, que viajando por el mundo en busca de pueblos que aún no estaban «civilizados» apenas encontró caries entre sus habitantes a pesar de que no sabían lo que era un cepillo de dientes. Tetley vió que estas gentes tenían pocos problemas musculoesqueléticos y que todos adoptaban similares posturas para dormir.
¿Por qué funcionan estas posturas?
Cuando dormimos en estas posturas el pecho no puede moverse, con lo que con cada inspiración nuestras costillas empujan la columna en sentido contrario al suelo, volviendo a su sitio en cada inspiración. La forma más fácil de conseguir este efecto es tumbados en una alfombra. También se puede conseguir en la cama pero estando sin almohada. A medida que la superficie es más blanda, y por lo tanto, que nuestro pecho puede hundirse más, sentiremos menos el efecto de cada respiración en nuestra columna.
A mí esto me sonaba un poco a fantasía, pero la primera vez que lo probé, después de unas pocas respiraciones iba notando como con cada inspiración profunda se me liberaba una vértebra (cuando oyes el clack ese, como que trisca y se coloca).
Vamos a ver algunas posturas.
La postura del guerrero
¿Sabes por qué la llamo del guerrero? Porque con esta postura, a pesar de dormir de lado, puedes oír por ambos oídos. Entre el brazo y el antebrazo queda un hueco libre para la oreja.
Nos colocamos de lado con el brazo de abajo a modo de almohada. Parece más incómodo de lo que es. El otro brazo descansa sobre el cuerpo relajado.
Sin brazo como almohada
Cuando estás completamente de lado no es necesario usar el brazo como almohada. Para ello debemos tener el hombro de debajo totalmente en protracción de modo que se cuela debajo del cuello y no dejamos el peso de nuestra cabeza sobre él evitando que se nos duerma.
Protección de las partes nobles
Si se da la circunstancia que tenemos que dormir desnudos en el suelo, estilo Aventura en pelotas, las poblaciones ancestrales, sobre todo los hombres, utilizaban esta postura para proteger sus genitales mordeduras de insectos y de suciedad.
En este caso, también de lado, al doblar las piernas el pene queda protegido sobre el muslo de abajo.
Detalle antijuanetes
En este caso metemos el tendón de Aquiles del pie de arriba entre el dedo gordo y el índice (si es que se llama así) del pie de abajo.
Nivel de adaptación élite
Si con tiempo frío nos pillara un chaparrón de agua que dejara todo el suelo mojado, lo más normal es que pasáramos la noche en vela. Pero los tibetanos son capaces de dormir en estas condiciones cuando viajan en travesías de varias semanas, o incluso meses. Lo hacen de rodillas.
En la espinilla sólo tenemos la piel recubriéndonos el hueso. Esto lo aprovechan los tibetanos para reducir al máximo la pérdida de calor. Se colocan de rodillas, con el empeine también apoyado en el suelo, y se doblan por la cintura para mantener el calor. En esta postura la cabeza queda colgando casi completamente boca abajo, haciendo que la boca quede cerrada debido a la gravedad haciendo que sea imposible roncar y para cualquiera de nosotros también dormir 🙂 ¿A que ya no parece tan incómodo el suelo?
Postura del bloqueo
Para dormir boca abajo. En esta ocasión se centra más en hombros, codos y muñecas.
El perro
Esta quizá sea la más extravagante que podemos hacer, dando por hecho de que la última roza lo impracticable. En este imitamos una de las posturas de nuestros amigos de cuatro patas. Primero nos colocamos en la postura de proteger las partes nobles y de ahí, sacamos los codos a los lados e intentamos apoyar el pecho en el suelo. Nuestra cabeza mirará al lado contrario al que apuntan las rodillas con la postura de bloqueo que acabamos de ver.
Si hacemos como nuestro perros y practicamos esta postura mientras el sol calienta los músculos de nuestra espalda, ya ni te cuento…
Tetley lanza una hipótesis aventurada a la par que interesante. Dice que los perros que viven en las ciudades no tienen asma, pero muchos de los humanos sí, ¿puede esto deberse a que los perros se tumban sobre su pecho haciendo que la caja torácica movilice sus vértebras permitiendo al sistema simpático trabajar de forma eficiente?
Muchos factores afectan al asma. Pertenecemos a especies diferentes. Desconozco el % de perros con asma… En cualquier caso, podría ser un beneficio extra, y quizá poco probable, de esta postura.
Experiencia práctica con estas posturas y opinión personal
Llevo varios meses probando todas estas posturas para dormir, salvo la de los tibetanos 🙂 Me echo pequeñas siestas sin almohada en una alfombra fina con posturas más difíciles, por ejemplo, la del perro que sientan de maravilla. Para dormir por las noches utilizo un pequeño colchoncillo de 5cm y dependiendo del día utilizo o no almohada. Es cuestión de adaptarse… Al principio parece más incómodo, en mi caso duermo igual y me levanto más suelto de espalda (percepción subjetiva). Antes tampoco es que me levantara mal ni mucho menos.
Si tienes molestias recurrentes de cuello, espalda, hombros… me parece una forma sencilla y fácil de probar a solucionarlos. Si tienes algún tipo de lesión pregunta antes a la persona que te está tratando a ver qué le parece 🙂
En cualquier caso, empieza poco a poco, quizá los primeros minutos en los que te echas a la cama o en pequeñas siestas. O a modo de trabajo de movilidad después de entrenar. En función de cómo te siente ve decidiendo si continuar con ellas, escoger las que mejor te sienten, adaptarlas o incluso dejarlas de lado si ves que no te van bien. En cualquier caso, estas posturas me parecen otra herramienta más que podemos utilizar por nosotros mismos como puede ser el masaje miofascial con foam roller, pero desde un punto de vista evolutivo. Como bien cita el propio título del artículo de Testley: Un enfoque antropológico y zoológico para el tratamiento del dolor de espalda baja y articulaciones ¡Dulces sueños!