Así como muchos mamíferos son capaces de producir vitamina C, los seres humanos necesitamos obtenerla mediante los alimentos. Si pasamos mucho tiempo sin consumirla desarrollamos el escorbuto. En esta entrada vamos a repasar algunas fuentes vegetales y animales de este micronutriente, porque hay vida (con vitamina C) más allá de las naranjas. Para terminar veremos una historia sobre cómo poblaciones ancestrales evitaban el escorbuto, mientras los colonos lo padecían, obteniendo la vitamina C en un entorno hostil con 9 meses de invierno.
Cantidades diarias recomendadas de vitamina C
Según la OMS la CDR de vitamina C son 80 mg (fuente). La fuente que cito es un Real Decreto, en el que a parte de venir las CDR, dice que es suficiente que un producto alimentario tenga el 15% de la CDR, para que se puedan anunciar a bombo y platillo sus propiedades beneficiosas derivadas de ese micronutriente en concreto. Entonces con un producto que tenga 12 mg de vitamina C por cada 100 gr podemos decir cosas como que «ayuda al funcionamiento normal del sistema inmunológico» (lo que quiera que eso signifique…). Si os interesa este tema en concreto os recomiendo este artículo que lo trata en profundidad. Pero volvamos con la CDR…
Los 80 mg me parecen un límite muy muy bajo, ya que si sólo llegas al mínimo significa que casi ni pruebas frutas y/o verdudas. Voy a poner un ejemplo, más allá de la típica naranja, que una de buen tamaño ya tiene esa cantidad. Un buen plato de brócoli (500 gr) ya tiene 450 mg. (Así cuando hablé de la aplicación para medir macros había multiplicado por 3 las CDR y eso que no todos lo alimentos tienen registrados vitaminas y minerales).
Como curiosidad decir que el límite superior está en 2.000 mg así que de 80 a 2.000 tenemos mucho margen (fuente).
El alimento de origen vegetal con más vitamina C
Vamos a ver ahora el alimento vegetal asequible con mayores concentraciones de esta vitamina. Los dos frutos que más vitamina C contienen son el Camu Camu y el Kakadu, rondando los 3000 mg. Pero con asequible me refiero a que no tienes que ir a buscarlo al Amazonas (Camu Camu) o a las planicies tropicales del noroeste de Australia (Kakadu).
El escaramujo
La fuente estrella de vitamina C es el escaramujo, que tiene infinadad de nombres: trampaculos, tapaculos o Rosa Mosqueta, entre otros, sí sí ese que su aceite se puso tan de moda para quitar las arrugas.
Este pequeño fruto que en otoño e invierno lo podéis encontrar en España en cuanto salgáis al campo. También hay en Sudamérica, pero desconozco si está tan extendido como en España. Pues este fruto tiene por cada 100 gramos unos 2000 mg de vitamina C, es decir, 40 veces más vitamina C que la naranja. Esto claro está, es por cada 100 gramos, con lo cual, para igualar una buena naranja (200 g) tendrías que tomar 5 gramos de escaramujos.
Por cierto, si te lanzas a la aventura en plan cazador-recolector, para comerlos frescos sólo se aprovecha la carne, es decir, las semillas que lo rellenan por dentro se desechan. Además es importante que elimines unos pelillos que tiene la carne en su parte interior, que se quitan con facilidad. Estos pelillos pueden irritar allá por donde pasan, rematando la faena al final de su recorrido, de ahí su nombre en catalán grata-culs (rasca culos).
Como dato curioso, durante la Segunda Guerra Mundial, a los niños ingleses se les mandaba a recoger este fruto para proveerles de vitamina C, ya que tenían restringida la llegada de naranjas de importación por el bloqueo de los submarinos alemanes.
(Si quieres saber más sobre cómo preparar los escaramujos echa un vistazo al artículo: Recogiendo escaramujos).
El alimento de origen animal con más vitamina C
El alimento con más vitamina C disponible en la naturaleza lo encontramos en los animales y no en las plantas, curioso, ¿verdad? Voy a contar cual es por medio de una historia (real):
Cómo los nativos americanos evitaban el escorbuto sin tener acceso a plantas durante 9 meses al año
Cuando los europeos llegaron a la zona que hoy es Canadá empezaron a sufrir el escorbuto. En esa zona las temperaturas son muy bajas durante la mayor parte del año impidiendo que prosperen los alimentos de origen vegetal.
Los indios veían el escorbuto como una enfermedad del hombre blanco. Ellos también podían sufrirlo, pero sabían cómo evitarlo. No se lo decían a los blancos porque el hombre blanco sabía demasiado como para preguntar algo a los indios.
Los indios durante los largos inviernos se alimentaban principalmente de alces. Cuando mataban uno lo abrían por la espalda y justo encima de los riñones se encuentran dos pequeñas bolas entre la grasa. Entonces las cogían y las dividían entre tantos trozos como miembros tiene la familia y cada uno se comía su ración. También se comían las paredes del segundo estómago (al ser un animal rumiante tiene dos estómagos). Con esto, los indios se mantenían libres de escorbuto (fuente).
Estas bolitas son las glándulas suprarrenales y son la fuente más rica de vitamina C entre todas las plantas y animales. Es ese trocito amarillento que se encuentra encima de los riñones de los animales. Hoy en día hasta los pollos los dan ya sin vísceras, pero los conejos aún vienen con los riñones puestos, fijaos en esas pequeños trocitos amarillentos al lado de ellos y no desaprovechéis ese pequeño tesoro de vitamina C.
(NOTA: Aún habiendo buscado en Internet y en las referencias de la fuente original (año 1.938) no he sido capaz de encontrar las cantidades (en mg) de vitamina C que contiene este órgano. Parece imposible no encontrar algo en Internet hoy en día 🙂 )
Como dato curioso, comentar que estos indios priorizaban el consumo de los órganos de los animales que cazaban, dando gran parte de la carne (el músculo) a sus perros. Esto lo estuvimos discutiendo Rubén Murcia y yo en el podcast.
Conclusión
Que tu alimento venga de comida de verdad, no de productos enriquecidos. La vitamina C no sólo está en las plantas, también en los animales, concretamente en sus vísceras (por cierto en el hígado también hay bastante vitamina C). Si comes frutas, verduras y órganos vas más que sobrado de vitamina C y otros micronutrientes importantes.