Cuando hablamos del calzado minimalista o de correr descalzos solemos argumentar que es lo más natural, a lo que nuestro cuerpo está más preparado. Pero, ¿cuánto tiempo llevamos usando calzado como especie? ¿Cuándo empezaron nuestros antepasados a protegerse los pies?
Parece bastante obvio que no estamos adaptados a llevar zapatos con tacón o zapatillas amortiguadas, llevamos muy pocos años, como especie, usando este tipo de calzados como para sufrir adaptaciones. En cambio, parece ser que nuestros pies, más concretamente los dedos, han cambiado debido al hecho de usar calzado.
¿Con qué pruebas contamos?
Actualmente hay dos tipos de pruebas: el zapato más antiguo encontrado hasta la fecha y ciertas adaptaciones encontradas en los restos fósiles de nuestros antepasados que sugieren el uso de calzado.
El zapato más antiguo encontrado hasta la fecha
En 2008, se encuentra en una cueva de Armenia un zapato bien conservado que data en torno al año 3500 aC. Estaba en tan buenas condiciones que en principio se pensó que sólo tenía 600 años. También encontraron otros dos y lo que parecía ser un relleno de paja para que éstos no perdieran la forma.
Se han encontrado otro tipo de zapatos (Italia y Suiza) que rondan esa antigüedad. También sandalias en el sur de Israel. Lo que indica que dependiendo de la región se usaba un tipo u otro de calzado. Lógico.
Aquí tenéis el artículo original donde describe a la perfección (en inglés) el zapato y demás asuntos.
El problema que tienen este tipo de evidencias o pruebas, es que al estar los zapatos fabricados con cuero o con fibras vegetales se degradan muy rápidamente. Con lo cual, se reduce mucho la posibilidad de encontrar restos de este tipo con mucha mayor antigüedad. Es la única parte mala de que antes todo fuera biodegradable 🙂 Así que había que darle al coco…
Evidencias en restos fósiles
Al carecer de evidencias tan notables como son el calzado en sí, se formularon hipótesis en cuanto al uso del mismo. Estas hipótesis están soportadas por los restos fósiles y lo que imagino debieron ser muchas horas de darle al coco.
Entonces, ¿cuándo empezamos a protegernos los pies?
Nuestros antepasados del Paleolítico medio tenían los huesos de los dedos del pie más fuertes que los del Paleolítico superior. Para aclarar un poco los términos, el Paleolítico medio va aproximadamente desde hace 150.000 años hasta los 30-40.000 años. Ahí comienza el Paleolítico superior que durará hasta la llegada de la agricultura con el Neolítico. Hasta aquí la clase de Historia Prehistoria 🙂
En principio se creía que el uso del calzado empezó hace unos 30.000 años (estudio). Pero un estudio posterior, de 2008, encontró evidencias de uso de calzado hace unos 40.000 años. Realmente creo que no es muy relevante saber cuando el primer individuo de nuestra especie se puso zapatillas, pero por ahí andan los tiros. Lo que sí es más relevante es que parece ser que a partir de esas fechas, lo que abarca el Paleolítico superior, ya era algo frecuente el uso de calzado.
En resumen llevamos unos 35.000 años llevando calzado. Ahí es ná.
Dedos más débiles
Vamos a ver la gracia de todo esto, que es precisamente de dónde nace la hipótesis del uso de calzado. Nuestros antepasados que usaban calzado tenían los dedos pequeños de los pies (cito textualmente) más gráciles. Esto es, más finos, menos robustos. Con dedos pequeños, me refiero a todos menos el gordo. Parece ser que en el gordo tampoco había tanta diferencia.
En la imagen se aprecia el mayor grosor de los huesos del individuo que se supone que va descalzo frente al que se supone que va calzado. Un detalle importante a destacar es que ambos tenían piernas fuertes y robustas, es decir, la única diferencia sustancial eran los dedos de los pies.
El calzado
Se cree que lo que primero hizo calzarnos como especie fue la necesidad de aislarnos de la nieve. Al emigrar a latitudes más al norte nos tuvimos que enfrentar a temperaturas mucho más bajas de lo que estábamos adaptados. Esto hizo que nos envolviéramos el pie con pieles o nos hiciéramos unas sandalias para poder pisar la nieve y enfrentarnos a las bajas temperaturas.
¿Por qué se producen estos cambios en los pies?
Cuando vamos descalzos, los dedos de los pies se flexionan para traccionar, fortaleciendo toda su estructura (músculos, tendones, huesos…). Al llevar calzado, EL QUE SEA, la suela nos impide hacer ese movimiento de tracción y estabilidad. Y ¿qué pasa cuando dejamos de usar algo? Pues que nuestros dedos se volvieron más débiles.
Reflexión
Curiosamente esta hipótesis no habla de la estrechez del calzado (algo que ya traté en el artículo Correr descalzo). Sólo ve como causa el tener una suela rígida que evita el movimiento de tracción y soporte de los dedos, así que con sandalias estaríamos en las mismas. Quizá con unos FiveFingers o con unos FYF que vas menos protegido aún, se reduce bastante esto, no sé hasta que punto la verdad… Ante la duda no me pondría nada.
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¿Y tú por dónde vas descalzo? 😉