Vaiana, la dieta paleo y el gen ahorrador

Para los que no tengáis críos pequeños, Vaiana es la última película de Disney. Trata de cómo una tribu maorí redescubre su pasado como navegantes a través de la princesa Disney de turno que da nombre a la peli. La supervivencia de estos pueblos dependía de su capacidad para descubrir y habitar nuevas islas. Esto suponía largas travesías a través del Pacífico tras dejar su isla de origen por el agotamiento de sus recursos, actividad volcánica, etc. La dureza de estas travesías con destino y duración incierta casa bastante con la hipótesis del gen ahorrador. Como curiosidad, decir que la isla de Kitava,  tantas veces mencionada como ejemplo de dieta paleo alta en carbohidratos, se encuentra en esta misma zona.

Antes de hablar sobre la hipótesis del gen ahorrador y cosas más técnicas veamos la dureza de las travesías que tenían que afrontar estas poblaciones en busca de nuevas islas en las que establecerse.

La dureza de los viajes a través del Pacífico

“El viaje fue tan largo, que la comida y el agua se agotaron. Cien de los remeros murieron; cuarenta hombres quedaron con vida. Los viajeros finalmente alcanzaron Fitinui, después Aotona.”

De “La Historia de Aka” , en La Cultura Nativa en las Marquesas de E. S. Craighill Handy

Hace 20.000 años 50 hombres y 30 mujeres se lanzaron a través del océano en cuatro grandes canoas de madera con tanta comida y agua como podían llevar. Navegaron hacia el Este, sabiendo que sólo una minoría de ellos sobreviviría al viaje. Los recursos de la isla ya no eran suficientes para abastecer a la creciente población.

Su objetivo era encontrar otra isla fértil en la que establecerse. Para  ello tendrían que viajar miles de millas a través del mar enfrentándose a tormentas, tiburones, enfermedades y a su mayor enemigo: el hambre.

Tened en cuenta que viajaban sin instrumentos y no utilizaban la escritura. Así que imaginad lo difícil que tenía que ser dar con una pequeña isla en medio del Pacífico. Aún así, estos grandes navegantes fueron capaces de colonizar con éxito el Pacífico Sur.

Estas travesías con destino y duración incierta y que en ocasiones no encontraban destino, tenían una tasa de supervivencia de tan sólo el 25% .  Es decir, de cada 4 personas que comenzaban una travesía sólo sobreviviría una. Esto es una presión selectiva brutal.

Fueron colonizando las islas del Pacífico Sur de Oeste a Este desde alrededor del año 30.000-15.000 a.C. hasta aproximadamente el año 300 . En la Melanesia encontramos la Isla de Kitava.

Esta presión selectiva tan salvaje dio como resultado unas adaptaciones favorables para este tipo de viajes con periodos de ayuno tan extremos. Estas adaptaciones tenían (tienen) en forma de eficiencia en el uso de energía y una glucosa en sangre más elevada. Se especula que esto, junto con facilidad para acumular energía en forma de grasa, es culpa del gen ahorrador. (Esta es una de las fuentes que argumenta esto, de las que he sacado la información en cuanto a los viajes, pero hay muchas más). Vamos a verlo en detalle.

Hipótesis del gen ahorrador

La teoría o hipótesis del gen (o genotipo) ahorrador intenta explicar el porqué  la obesidad es una epidemia en nuestros días. Fue planteada por James Neel, profesor de genética humana de la Universidad de Michigan en el año 1962. Y viene a decir lo siguiente:

Durante nuestra evolución sufrimos épocas de escasez de alimentos y hambrunas, en el ejemplo que nos ocupa serían las largas travesías por el océano. Los mejor adaptados (the fittest como decía Darwin) a estas situaciones son los que fueron sobreviviendo y sus genes ahorradores perduraron hasta predominar hoy en día entre nosotros. Estos genes optimizaban el consumo de las reservas del propio cuerpo para ser capaces de sobrevivir o simplemente tener mayor éxito reproductivo. Esto del éxito reproductivo es un detalle importante, porque al tener más hijos hace que vaya predominando más una cualidad determinada de generación en generación, no hace falta que unos mueran y otros sobrevivan, sino sencillamente que tengan más hijos.

Estos genes que eran adaptaciones positivas en época de vacas flacas (bueno, mucho antes, porque aún no había ganadería :-)) hacen que ahora engordemos debido al exceso de alimentos, ya que carecen de sentido debido a nuestro entorno de comida asegurada.

Esta es la famosa hipótesis del gen ahorrador que planteaba Neel, hace ya bastantes años. La verdad que esta teoría parece tener bastante coherencia, pero si pensamos un poco, por la regla de tres del gen ahorrador los habitantes de poblaciones ancestrales con superávit de alimentos tendrían épocas en las que estuvieran obesos. Y esto no parece ser precisamente una buena adaptación evolutiva para la caza o para huir de un depredador…

Sin ir más lejos, por seguir con el ejemplo del Pacífico Sur, si nos fijamos en los habitantes de Kitava, éstos no tienen obesidad y no están expuestos a hambrunas ni a escasez. Llevan una dieta paleolítica y también una actividad física mayor que la que tenemos en nuestra sociedad occidental, ¿quizá sea este el quid de la cuestión de la obesidad? No me atrevería a asegurarlo 100%, pero bastante peso sí que tiene…

¿Qué pasa si alimentamos a estas poblaciones con alimentación occidental?

Para terminar con el tema del gen ahorrador, cuando sacamos a alguien de su población tradicional, pongamos en este caso a Vaiana, y pasa a llevar una dieta moderna tiene muchas más papeletas que un europeo de sufrir obesidad y diabetes.

Los defensores del gen ahorrador dicen que los europeos llevamos muchas generaciones sin estar expuestos a hambrunas (que se lo digan a mi abuelo) y por lo tanto hemos perdido ese gen ahorrador, que sí mantienen las poblaciones tradicionales.

Hay bastante controversia con este tema, pero parece ser que los europeos estamos mejor adaptados a ciertos alimentos muy insulinogénicos, que pueden favorecer la diabetes (cereales, lácteos…) por llevar alimentándonos con ellos durante muchas generaciones. A diferencia de poblaciones ancestrales que no están adaptadas a estos alimentos y que por lo tanto son más vulnerables a esta enfermedad, obesidad, etc (fuente).

Entonces, ¿los habitantes de las islas del Pacífico Sur tienen algún tipo de adaptación a sus travesías?

Parece ser que sí.  Hace bastantes años, viendo un documental sobre los habitantes de Papúa Nueva Guinea decía que estaban adaptados a engordar con facilidad para poder aguantar largos viajes por mar. Esto es repetir la teoría del gen ahorrador, pero sí que tienen un antepasado que les da una ventaja evolutiva: el hombre de Denisova.

El hombre de Denisova

Es una nueva especie del género homo descubierta hace muy pocos años que convivió con los neardentales y homo sapiens (nosotros).

Parece ser que hay ciertas poblaciones que comparten genes con esta especie. Entre ellos están los Inuit, con una interesante adaptación a su clima extremo. Y en el tema que nos ocupa, para no irnos más aún por las ramas, también se ha encontrado hace bien poco que los habitantes de las islas del Pacífico comparten genes con esta especie. Esto se traduce en mayor resistencia a enfermedades, pero también ciertas adaptaciones metabólicas en el uso de grasas y mayor elevación de la glucosa en sangre (fuente).

La combinación de esta última adaptación, junto con la poca exposición a alimentos occidentales (que elevan más aún la glucosa en sangre) puede estar detrás de mayores índices de obesidad y diabetes en las personas con este tipo de genética que consumen alimentos occidentales. Esto me parece una hipótesis con más sentido que la del gen ahorrador…

Esperemos que en la isla a la que llegue Vaiana con su pueblo no se encuentre muchos restaurantes de comida rápida 😉 Por cierto, si te ha resultado interesante, te recomiendo escuchar el episodio de la radio 57. Vaiana, travesías por el Pacífico y ayunos extremos.